viernes, 11 de junio de 2010


Bachata del exiliado

Soy de Villa Juana, barrio del que han salido grandes personalidades que van desde el actual presidente de la República, Leonel Fernández, hasta Johnny Ventura, Julio Sabala y Junot Díaz. Mi viejo barrio hoy luce remozado y, en contradicción con nuestro tiempo, en cada esquina ahora se ve una juventud de la mano de la botella, mientras otros hablan de política, béisbol o hípicas y las muchachas se contornean al ritmo de la bachata. El bullicio es dueño del barrio.
Pero no es esto lo que quiero destacar en estos apuntes apresurados, que no persiguen más que un desahogo tal vez íntimo. Digo que en Villa Juana, entre sus largos patios atestados, en el balcón de los prostíbulos que por entonces eran discretos, tras el grupo que empinaba el codo en la esquina, al pie de la vellonera o junto a la mesa de dominó, en las casas de citas que estaban frente al hipódromo Perla Antillana o en los lupanares de la Máximo Gómez nació la bachata, una expresión que entonces detestábamos y calificábamos como música de guardia cuando los guardias eran lo que eran, que fue ganando terreno hasta hacerse internacional cuando a Juan Luis Guerra se le ocurrió grabar bachatas. Como personalmente la detesto, no sé si fue un acierto o una mancha a nuestra cultura; de lo que sí estoy consciente es de que ese género ha engordado muchas cuentas bancarias, empezando por la de Juan Luis..
Aparte del gran Fausto Rey, recuerdo muchos rostros y muchas voces: el guitarreo permanente y las voces de Rafael Encarnación, José Manuel Calderón, Luis Segura, los hermanos Pimentel, Miguelito Cuevas o El Pupi de Quisqueya (que no era otro que Cuco Valoy) y las veces que ví a Odilio González (El jibarito de Lares) y a Paquitín Soto, muy popular por el tema Novia mía (…cascabel de plata y oro, tienes que ser mi mujer) entrar y salir por aquellos callejones.
A la par de la entonces incipiente industria de la bachata una juventud se consagraba en sus estudios y se divertía en el glorioso Estadio Quisqueya y en el hipódromo, ambos muy cercanos al barrio. Otros oían a los artistas del Club del Clan o la Nueva Ola (Chucho Avellanet, Lucecita Bínítez, Lissette Alvarez, Teddy Trinidad, entre otros, mientras se bailaba el Pata-Pata o el Bugalú. Y debo destacar la enorme audiencia de los programas de rock como Alta tensión de José Joaquín Pérez (Jojó Pérez) y la influencia de Radio ABC por otros programas como el de Jesús Sánchez (El loco-loco) y Ricardo Luna.

Como la mirada, la bachata puede ser una autobiografía o la historia de alguien; pero difícilmente cante el júbilo del amor y la vida.
Algunas veces, como en aquellos tiempos, regreso al barrio y me reúno con algunos de los que allí quedan, cuando no me hago acompañar por esos amigos entrañables que se forman en la infancia o la adolescencia. Pero ya no existen las cuarterías y aquella juventud apenas tiene referencia de nosotros El barrio ha crecido y con él sus problemas, los vicios y las necesidades por más varilla y cemento que allí se ha sembrado. Antes éramos nosotros, hoy son los otros, los muchachos de este tiempo.
Cada vez que vuelvo, cada tarde de sábado o de domingo, puedo confirmar que Neruda tenía toda la razón: Nosotros, los de entonces / ya no somos los mismos.

2 comentarios:

www.villajuana.net dijo...

Saludos Radhamés...
Cuando me llegan tus escritos a mi buzón electrónico, es de satisfacción leerlo, sabiendo que tú amas este pedazo de tierra llamada Villa Juana. Nuestra patria chica.

Mis saludos para ti, esperando qué al igual que en tu blog, nos permitas leer tus escritos en el web oficial de nuestro barrio, www.villajuana.org.

Quiero aprovechar esta oportunidad, para solicitarte que hagas un aparte y nos acompañes en las reuniones que celebramos a las cinco de la tarde, todos los domingo, en la Osvaldo García de la Concha, No. 101, entre las calles Mauricio Báez y Paraguay.

Espero visite nuestro web, y nos enriquezca con tus conocimientos.

Laddy Cortorreal
Director villajuana.org

melvin acosta dijo...

escribes como un hijo de la palabra