domingo, 19 de julio de 2009

La Revolución Sandinista 30 años después

Managua, 19 de Julio de 2009.- Ayer sábado se celebró aquí el Día Nacional de la Alegría porque un día como ayer el dictador Anastasio Somoza salió huyendo del país en un avión que lo depositó en Miami después de mucha resistencia, como lo que realmente significaba: una dictadura podrida como son todas las dictaduras y, talvez, el fin de una serie de abusos y tropelías. Los dictadores manejaron a estos países como si fuesen fincas privadas.
Hacía ya varios días que en las calles de esta caótica ciudad empezaron a flamear las banderas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en las oficinas públicas y en vehículos de todo tipo las he visto. El rojo y el negro, como banderas, dejan en nosotros, los dominicanos, recuerdos imperecederos de uno de los más dignos y enaltecedores de todos los movimientos políticos del siglo pasado, el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, conocido con la sigla de de 1J4 e integrado por un puñado de valientes jóvenes que ofrendaron sus vidas con el propósito de que nuestro país ingresara al repertorio de naciones democráticas del continente, pero que fueron fulminados por los esbirros de la tiranía que nos subyugó durante más de 30 años.
Las autoridades nicaragüenses anunciaron por todo lo alto, y con suficiente anticipación, los festejos del 30 aniversario de la revolución sandinista, cuando el país se encuentra gobernado por Daniel Ortega, uno de los héroes de la inolvidable epopeya.
Este domingo 19 de julio Nicaragua festejó con una multitudinaria concentración en la Plaza de la Fe, o de la Revolución, el 30 aniversario de la victoriosa hazaña, y a pesar de la austeridad mañana lunes 20 ha sido declarado día no laborable y, todavía, en las calles de esta ciudad se sienten los efectos de la conmemoración.
El nicaragüense es un pueblo laborioso en búsqueda de oportunidades para su crecimiento, un país con una flora magnífica y una fauna envidiable. Cuando estoy en mi casa de Santo Domingo extraño en las madrugadas el canto de tantas aves, desde el crepúsculo del amanecer hasta el de la tarde. Las mismas aves que me despiertan cada mañana junto al rumor de la fronda, cuando Radhamés Alfredo ha cambiado de cama con la anatomía de sus 9 años recién cumplidos y sus indefinibles ternuras.
Este es un pueblo orgulloso de sus victorias y unas banderas flameando como en lo mejor de aquellos tiempos definen sus sueños.
Saludo con entereza esta fiesta en la han sido castigados los acontecimientos de Honduras, cuando en la madrugada de Tegucigalpa un presidente electo por el pueblo fue asaltado y sacado del país en ropas de dormir. Conmemoro a Sandino y a Gregorio Urbano Gilbert, dominicano este último que supo esgrimir la espada en contra de las injusticias.
Este 30 Aniversario de la Revolución Sandinista quedará, de alguna manera, grabado en mi memoria hasta que la fragilidad y el destino lo permitan.

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