lunes, 9 de noviembre de 2009

Madame Rochy y Las Prepago







Carolina Duarte, mejor conocida en su país como Madame Rochy, es una vieja proxeneta colombiana que acaba de hacer unas confesiones espeluznantes, pero no sorprendentes, estremeciendo a la sociedad colombiana con revelaciones muy singulares.
Las Prepago se titula el libro que contiene las revelaciones, una especie de memorias dictadas a un reconocido periodista suramericano y publicado por la prestigiosa Editorial Oveja Negra.
Si decimos Las prepago, en apariencia no nos referimos a nada en particular. Pero ¿cuáles y quiénes y por qué son llamadas así?
Madame Rochy es mujer que indudablemente tuvo tiempos de gloria en su cuerpo, e hizo fortuna con un negocio de abastecimiento (maipiolas se les llama en mi país) de mujeres jóvenes y bellas. Reinas de belleza, actrices, modelos, presentadoras de televisión, fueron administradas por ella, que vendía sus cuerpos a determinados grupos de poder.
Prominentes miembros de la alta sociedad colombiana, paramilitares, ministros, narcotraficantes, empresarios, militares, gobernadores y hasta un elegante ex presidente de los Estados Unidos fueron clientes de esa promotora sexual de altos vuelos, que decía ser propietaria de una oficina de relaciones públicas y se desplazaba en limosina con chofer y guardaespaldas.
Todos sus clientes eran poderosos.
Todos pagaban muy altas sumas de dinero por pasar una noche, o algunas horas, en compañía de actrices, modelos, reinas de belleza y presentadoras de televisión, todas codiciadas.
Todas dicen que lo hacían por dinero, y vendían sus cuerpos con plena conciencia de lo que estaban haciendo.
Pero las prepago no sólo existen en Colombia; están en todo el mundo. Se encuentran en los salones de los grandes hoteles, en las recepciones, en las exposiciones pictóricas, en las grandes multinacionales, en el deporte y en la farándula, están como Dios en todas partes.
Se las encuentra en una cafetería del bajo Manhattan o en Newark, en Washington o en los Campos Elíseos, en Madrid o en Barcelona, en cualquier lugar de centro o Suramérica, lo mismo en Marruecos o en Princeton. Muchas veces son extranjeras y se hacen pasar por estudiantes o empresarias, en los casinos o
Son prepago también las que entran camufladas a los hoteles para extranjeros en La Habana, que lo hacen hasta por un bluyin bien desteñido o por un par de dólares.
Aquí también abundan.
Se distinguen por las tetas abundantes y firmes, aunque danzantes; el nalgatorio firme pero también danzante, la pronunciada palidez que refleja los fracasos que no pueden ocultar las risas estentóreas y tintineantes, el perfume que va dejando un rastro ni el afelpado sonido de los tacos.
Algunas veces parecen vírgenes por la pronunciada mansedumbre de sus miradas y el hablar discreto. O parecen demonios que les deben a las once mil vírgenes y deben pagar el alquiler, el Mercedes o el BM, la camioneta (yipeta) del año muchas veces con el tanque de combustibles en la reserva.
Aparentan ser delicadas y discretas, y habitualmente son hermosas. ¿Quién no quisiera reinventar la vida entre unos muslos jóvenes y fragantes? ¿Quién no quisiera ahogarse en unos pechos con el Samsara de Guerlain en las narices?
Aquí fueron llamadas megadivas y hasta se cuenta que un muy popular bolerista mexicano fue premiado con una de las más populares y deseadas megadivas, ahora medio retirada.
Eso se cuenta en la farándula, y la farándula es como el corazón: no miente. Y aun tiene el poder de hacer verdad lo que dice.
Cierto es que Las prepago está derrumbando altares en Colombia y Madame Rochy ha pasado del rumor a la afirmación.
Univisión, el popular canal de televisión ya ha difundido en Primer Impacto dos sabrosas entrevistas con la Madame, y ha dicho que un poderoso narcotraficante pagó medio millón de dólares por pasar una noche en compañía de una reconocida modelo y actriz colombiana.
Ya lo expresó una de las Prepago: si ayer lo dí por amor, por qué no darlo ahora por medio millón de dólares.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Putitas todas jajaja